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Mostrando entradas de junio, 2013

La chica del violín

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Sólo quedaba un mes para el término de las clases en mi primer año de facultad, y los quinientos metros que separaban la universidad de la parada de autobús se hacían más largo de lo habitual. No sé si sería por el hambre, por llevar la mochila repleta de libros que acababa de sacar de la biblioteca, o por ir completamente de negro con este sofocante calor que se anticipaba a la llegada del verano. Me pregunté entonces por qué demonios siempre iba vestido con el mismo color, cuando recordé que reflejaba totalmente mi personalidad; introvertido, reservado, y escéptico con todo aquello que pretende hacer de este asqueroso mundo un lugar flowerpower de felicidad y alegría. No creía en la verdadera amistad, ni en el amor, y mucho menos en la solidaridad o la bondad. Más bien todo lo contrario. Me daba pavor la crueldad de la humanidad, por eso la soledad era mi mejor amiga; mi refugio de seguridad.

Lo bueno si breve... (III)

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Arrepiéntete solo de las locuras que no hagas. Tu mejor amigo, por muy estúpido que sea, siempre seguirá siendo tu mejor amigo. Las mujeres son como los chinos: nadie las entiende y poco a poco están dominando el mundo. En la fábrica de putas, todas nuestras ex sacaron matrícula de honor. Pensar es gratis, y dejar de hacerlo sale caro. Cuando ya no te reclame nada preocúpate; será el día en el que me dejes de importar. Dile a tu orgullo que el mío le envía saludos. Mi error fue tratar como a prioridad a quien me tenía como opción. Muchas veces me falta una persona y me sobra todo el mundo. Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma. Conocimientos puede tenerlos cualquiera, pero el arte de pensar es el regalo más escaso que ha hecho la naturaleza. Si las personas fuésemos dinero, habría mucho billete falso. Lee

50 cosas que me molestan.

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Que me suene el despertador en lo mejor del sueño erótico. Que me vuelva a sonar 5 minutos después. Cortarme mientras me afeito. Que se me ensucien las gafas. La inpuntualidad. El olor de la colonia que deja mi vecino gay en el ascensor. Abrir un medicamento siempre por donde está el prospecto. Confundirme con el anverso y el reverso del condón. Que el coche que va delante aparque donde yo quería Escribir un Whatsapp súper currado y me respondan con un simple OK. Que mi madre siempre me llame por teléfono en el momento menos oportuno. La mafia que desde hace años tiene montado el Alcalde en el pueblo. Los tontos que a pesar de ésto le siguen votando. Que un teléfono móvil interrumpa una interesante conversación. “LaJentKeskriveAsin”. Que me metan un gol. Que mi vecino cante tan alto los goles del Real Madrid. Y q

No me gusta la Feria.

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No me gusta la feria. Ea, ya lo he dicho. Ahora puedes pensar tranquilamente que soy un bicho raro. O como me gusta decir a mí, soy un bicho raro de cintura para abajo. Vamos, lo que viene a ser un bicho raro de cojones. Sinceramente, no se que le ve la gente a esta fiesta. Cuando era pequeño la única motivación que encontraba era montarme en los “cacharritos”, y con el paso de los años el coger la cogorza padre con los colegas. Pero ahora... Seré que me estoy haciendo mayor y solo veo los inconvenientes. No me gusta el tener que aparcar en sitios inhóspitos, alejados, y que normalmente son de pago o hay un gorrilla que me exige la voluntad.   No me gusta el tener que quedar con los amiguetes para que finalmente éstos no aparezcan y tengas que disimular esa cara que dice “si, si, a mis amigos les importo un pimiento y me han dejado tirado”. No me gusta el tener que llamarlos al móvil para saber donde carajo están y que, por su puesto, no te contesten. No me gus