El Mendrugo Filosófico

Aunque me sigo interesando por la política, hace tiempo que dejé de creer en ella. Es más, cada día estoy más convencido de que la democracia es el sistema por el cual se garantiza que no vayamos a ser gobernados de mejor forma que nos merecemos.   Entre otros factores que me ha llevado a no creer en el sistema, está el de la manipulación mediática. Porque a mí que me dejen de chorradas; si a estas alturas alguien duda de que políticos, oligarcas y medios de comunicación no se retroalimentan entre ellos para no ver peligrar su privilegiado trono es porque está bastante ciego.  Y es que es algo tan antiguo como la rueda: si quieres tener manipulado y controlado al pueblo, controla sus canales de información. Desde la perspectiva de motivaciones humanas y de comportamiento del consumidor, complementada con eficientes técnicas publicitarias, se habla de manipulación mediática cuando se adapta el mensaje que debe difundir el emisor alterando en algunos casos la "verdad" y l

  Es de bien sabido que la grandeza inspira envidia. La envidia genera rencor. Y el rencor acaba produciendo mentiras.  Creo que es conveniente saber muy bien todo esto para que no nos pille por sorpresa ni nos afecte. Decía el cantautor estadounidense Jackson Brown que "la envidia es el homenaje que la mediocridad le hace al talento".  Por eso, si eres un referente, si destacas, o simplemente te van bien las cosas, te van a sacudir... Y no debes tomártelo como algo personal (aunque los ataques son casi siempre personales) porque desgraciadamente es el precio que tienes que pagar por hacer bien tu trabajo.  Y es que a las personas no les gusta que les recuerden sus carencias o que les dejen en evidencia sus limitaciones, casi siempre por falta de arrojo y pereza, así que la mejor manera de disimular su realidad es hablar mal de los demás.  Por eso, mi recomendación es que nunca entres al trapo; es lo que más le molesta a los envidiosos. Recuerda siempre que la indiferencia

    Imaginemos por un momento esta situación: subes a un ascensor y te encuentras con ese vecino/a que no ves desde hace muchísimo tiempo. Para llevar mejor ese silencio incómodo que convierte el trayecto de subir tres o cuatro plantas en un viaje interminable, haces la típica pregunta de qué tal está, o cómo va todo... De repente, empieza a soltarte sus problemas, preocupaciones, o inquietudes; vamos, que tenía necesidad de liberarse.  Resulta paradójico que hoy en día la gente tenga más difícil en hacer algo que desde tiempos inmemorables ha sido una necesidad: comunicarnos y contar nuestros problemas.  Existen una gran cantidad de webs o aplicaciones, para ligar, y redes sociales que te hacen sentir que tienes miles de amigos, pero a la hora de la verdad estamos solos con nuestros marrones y apenas tenemos con quien conversar, intercambiar opiniones, o desahogarnos. La verdad es que no estaría mal que alguien inventase una aplicación o red social donde la única motivación sea li